miércoles, 12 de octubre de 2011

Su trayectoria

Durante las décadas del '30 y del '40, en la colección "Critica cómicas", se publicaría diverso material extranjero y argentino.
• En el año 1931 aparecería, en el diario "Crítica", un suplemento de historietas a todo color (denominado "Popeye"), y comenzaría a destacarse el dibujante italiano Bruno Premiani. En cuanto a los primeras tiras de la década hay que mencionar "Las desventuras de Maneco" creado por Linage, prototipo de un personaje muy difundido en la época: el del chanta porteño, simulador y tramposo, y que popularizaría la frase "sonaste Maneco", el cual se publicaría en "Caras y Caretas". Linage crearía también la historieta "Anacleto y Papamovski", y, poco después, la tira "La señorita Pilar delira por manejar".
• En 1931 "el indio Patoruzú" tendría su propia tira, y ese mismo año aparecería "Quique, el niño pirata".

• En 1933 llegaría "Calixto Campolargo" y "Tío Migajas y Lucerito.
• En 1934 llegarían "Cholo y Cacho” y "El Nuevo Rico" (junto a su mayordomo "Federico").
• Desde 1935 se publicaría la tira "Tancredo". Ese mismo año se publicaría "Kid Tortazo", "Bimbo" y "Don Juan Porteño".
Otros personajes aparecidos por esos años también son: "El profesor Papafrita" "Don Casifrundo", "Tarantelli y Peteneras", "Los Ramachuza", "Don Chispita" y "Tachuela", "Tito el Lungo" y a "Don Pitazo".

Gumersindo
Goyito
En cuanto a los diarios, en "La Razón", luego de la publicación de "Julián de Montepío" (y su valet, Cocoa), de Quinterno, se publicarían personajes como "Payuca, cabo conscripto", "Betún", "Gumersindo", “Goyito” y el popular buzo "Chapaleo".


• En 1936, aparecería "Rayito y Clavelina”. Posteriormente, habría historietas como "Carocito", "Virola", "Ñangapirí" y "Bien Porteño".
• En 1935 y 1940 Raúl Roux publicaría la historieta "Más allá", basada en un viaje a través del espacio. Por otro lado se publicarían "Las aventuras de Carlos Norton", que era una tira basada en un exitoso radioteatro sobre un detective de Buenos Aires.
Diversas revistas publicarían nuevos personajes, como ser "Raco el extra", "Nisistrato", "Pepe Boleto" y "Chupete".

Rendija
La historieta fue utilizada como medio de promoción en publicidad gráfica, tal el caso de "Rendija" (de "Neos"), para tres marcas de cigarrillos, y protagonizada por un gaucho criollo simbolizando la manufactura nacional, y, más adelante, "Andanzas del gaucho Relamido" (de Burone Bruché) para una marca de jabón.
• En el año 1936, aparece la "Revista Patoruzú", de Dante Quinterno, lugar donde se publicaría "Hernán, El Corsario", donde incorporaría recursos propios de la más moderna cinematografía; también llegarían, con el tiempo, "Ventajita", "María Luz" y diversos personajes de Eduardo Ferro, como ser "Tara Service" (un técnico electrónico medio idiota), "Bólido" (el cadete), "Cabeza Fresca", "Pandora" (un "yiro"), etc. A fines de los años '30 aparecería la revista "Pif Paf" (de Editorial Tor), y la revista "El buen humor" (de Marengo).
Don Nicola
• En 1937, en la revista porteña ¡Aquí está!, se presenta la serie humorística "Conventillo", creada por Héctor Torino. La serie, con distintos nombres, fue continuada a lo largo de 40 años, y estaba ambientada en el universo de los hospedajes colectivos donde se cruzaban los numerosos inmigrantes pobres de distintos orígenes que llegaban a la Argentina; allí apareció por primera vez "Don Nicola", el popular dueño del conventillo. Ese mismo año llegaría "Pochita" y “Las aventuras de caza del Pibe Palito”. Un año después aparecería "Don Fulgencio".
• En 1940 llega la revista "Cara Sucia", con varios personajes de historieta como "El ñato Agrelo" , "Agapito el León", "El doctor Bubby", "Pelopincho y Cachirula", "La vaca Aurora", "El mago Truco y su ayudante Retruco" , "Nemesio" , "Cucharita", "El gallito Sofanor", "Tío Pedro", "Ñandusa", "Don Cleptómano", etc. Por su parte, la tira "Mi sobrino Capicúa" se publicaría por un tiempo en ésta revista para retornar luego a la "Revista Patoruzú".

Alelí
En la revista "Figuritas" llegarían, hacia 1938, personajes como "El negrito Alelí", "El Marqués de Puerto Nuevo" y "El gaucho Rancagua". Por su parte, la revista "Leoplán" tendría personajes como "Don Mateo", "Goyo y Panchita", "Tío Juan", "Esculapio Sandoval" y "El vasco Anchoa".
En las revistas "Tit-Bits", "Rataplán" y "El Gorrión" realizarían historietas como "Mariquita Terremoto" , "El Vengador" (la primera tira de superhéroes realizada en Argentina), "Kid Río Grande", y adaptaciones de novelas populares. Otros personajes de esta época, pero en otros medios, fueron el "Cirilo el Audaz", de Rapela (basada en la mítica figura del gaucho de las pampas) y "Don Mamerto detective" .

En 1940, en el diario "El Mundo", se publicaría "Tric y Trake", una típica historieta del género "dúo alocado de amigos".
Sucesivamente llegarían nuevos personajes de Dante Quinterno, como ser "Isidoro Cañones" (en el año 1935 lo haría, en el diario "El Mundo", como un personaje secundario, y luego, en 1940, ya con su propia tira, en la "Revista Patoruzú"), el caballo "Pampero" (en 1936), "la Chacha" (también en 1936), "Upa" (en 1937), "Ñancul" (en 1937), y el tío de Isidoro, el "Coronel Urbano Cañones" (en 1939). Todos estos personajes aparecieron en el diario "El Mundo". Vale señalar que recién mucho después (ya en el año 1959, y en la revista Patoruzú) llegaría "Patora" (la hermana del cacique).

Fiaquini
A partir de la década del '40, por varios años, iría llegando una amplia galería de personajes, como el convicto que vivía planeando fugas "Piantadino", el holgazán "Fiaquini", el avaro "Tacañino", el vagabundo "Linyerio", el punguista "Afanancio", el mucamo "Perkins", el alcahuete "Batilio", el niño chantajista "Yoloví", el lento "Tolondrati", el detective "Chapalupa", el ponebombas "Señor Bang", el desafortunado demonio "Tridente", etc.
• Desde 1941 hasta 1947 apareció la revista de humor político “Cascabel”, donde colaborarían, entre otros, Carlos Warnes (creador, en 1942, del célebre personaje "César Bruto", ilustrado por Oski), Emilio Villalba Welsh, Conrado Nalé Roxlo (Charnico), Landrú, Lino Palacio (Flax), Abel Ianiro (quien, por otro lado, crearía en la revista Leoplán a "Tóxico y Biberón"), etc.
• En 1944 Guillermo Divito fundaría la revista "Rico Tipo", la cual marcharía a la vanguardia del humor escrito y dibujado por muchos años, y que incluso marcaría el ritmo de la moda a través de la vestimenta de varios de los personajes.
• En 1941, en la revista "Aquí está", se publicaría "Don Piluso". Por otra parte, Patoruzú es partícipe de dos hechos fundamentales en los años '40, ya que el 25 de agosto de 1941, produce un hecho inédito al ser publicado por un diario de Estados Unidos, el PM de New York, siendo la primera vez para una historieta argentina; por otra parte, al año siguiente protagoniza el primer dibujo animado argentino, "Upa en apuros" (que se estrena en noviembre de 1942).
Langostino
• En el año 1945 se suman a las publicaciones ya existentes las revistas "Don Fulgencio" y "Patoruzito". En la revista Patoruzito aparecería "Langostino", un poético y popular marino, inspirado en Vito Dumas "el navegante solitario", que se publicó durante varias décadas, y el propio "Patoruzito".

En la década del ‘40 comienza la que podría denominarse la "Época de Oro" de la historieta nacional. El inicio lo marca la aparición y consolidación de la historieta "seria" y "adulta", que le valdrá el mote de "literatura dibujada". Esto se apoya en la fundación, en 1945, de la revista "Intervalo", de Editorial Columba, la cual viene a llenar un bache, ya que se completa el espectro, que se da con "Billiken", para los chicos, "Patoruzito", para los jóvenes, y la mencionada "Intervalo", para los adultos. Aunque el valor de "Intervalo" es innegable, y en ella comenzaron a publicar sus primeras obras muchos de nuestros grandes dibujantes, la estética "quietista" de la revista le otorga una calidad artística cuestionable. Para ganar su prestigio de "adulta" la historieta que se publicaba en Intervalo se apoyaba casi siempre en modelos literarios, con ausencia por completo de guión, el cual se limitaba a reproducir textualmente o a resumir el texto original adornado con ilustraciones: un palabrerío que repetía casi siempre lo que las pocas imágenes ya mostraban, dejando incluso de lado el tan característico "globo" de los comics para utilizar sólo el epígrafe (reproducción del texto al pie de la ilustración) o largas tiradas de viñetas ocupadas sólo con palabras, sin dibujos. Aunque hoy parezcan aburridas, estas historietas que se apoyaban en la literatura tradicional y prestigiosa tenían un éxito tal que en 1950 la Editorial Columba saca un suplemento semanal, "Intervalo Extra", dedicado exclusivamente a adaptaciones de la literatura universal.
• Desde 1941, y a lo largo de 33 años, Luis Medrano publicaría, diariamente en el diario "La Nación", sus populares "Grafodramas", unos dibujos que, junto a escasas palabras, serían un registro de la vida cotidiana de los argentinos a lo largo de décadas.
• En 1943, en la revista "Billiken", aparecieron, con un humor a veces absurdo, a veces ingenioso y a veces ingenuo, "Ocalito y Tumbita".
• En el año 1945 se fundó el "Museo de la Caricatura Severo Vaccaro", que, con sucesivos cambios de sede, cierres y reaperturas, se mantuvo vigente hasta nuestros días.
Salvador
• En 1948 surgió, brevemente, la revista "Medio Litro", con un humor costumbrista, y diversas notas, comentarios e historietas, entre las cuales estaban “Pobres gatos”, el bañero chanta “Salvador”, “Son cosas que pasan”, “Don Solazo”, “El Poderoso Infra-Man”, el estudiante chicato “Cuatroqui”, “Jovencitas”, el ñandú “Charabón”, el hipnotizador “Vista Brava” y la sirenita “Amapola”.

• En 1946 aparece la revista "Popurrí". A fines de la década del '40 se instala en Argentina la editorial Abril, que edita las revistas "Salgari" (desde 1947) y Misterix (desde 1948).
• En 1949 en la revista "Aventuras" se empezaron a publicar historias de tinte policial.

• A principios de la década ’50 el humor político aparece en diversos personajes, como ser "Contreras" (de Medrano), en la relanzada revista "PBT", y sobre todo en "Galerita" (de Calé) y "Mordisquito" (de Palacio), ambos en la revista "Pica Pica".
Y es en esta década donde se presenta el punto más alto de la historieta argentina, ya sea por la diversidad de publicaciones, y el éxito masivo de éstas, como por las distintas vertientes, estilos y artistas que proliferaron. Incluso, comienza la exportación de historietas argentinas. Así, en los años ‘50 se afianza ésta edad de oro con la aparición de dos figuras fundamentales para la historieta argentina, que comenzarán a destacarse en los primeros años de la década, y que, de alguna manera, iniciarán lo que después se conoció como "comic de autor": el guionista Héctor Oesterheld, que comienza a publicar en Editorial Abril, y el dibujante italiano recién llegado a la Argentina, Hugo Pratt.
• En 1952, en la revista Misterix, aparece el primer personaje importante de Oesterheld, "Bull Rocket" ,una historieta de un piloto de pruebas dibujada por Paul Campani.
Por su parte, la dupla Héctor Oesterheld (en los guiones) y Hugo Pratt (en los dibujos) crearía varios personajes. Aunque el primero sería "Ray Kitt" (en 1951, en la revista "Cinemisterio"), el primer gran éxito recién lo alcanzarían en 1953 con "Sargento Kirk" en la revista "Misterix", que era una serie del Far West en la que el protagonista a veces perdía, los indios eran buenos, y en la que había muy pocos disparos; fue el primer antihéroe de Oesterheld, dotado de una inusual humanidad. En cuanto a las revistas, en el año 1953 aparecieron las revistas "Dibujantes" y "Avivato". En este mismo año aparecerían "Perico y Guillermina"
• En 1954, “Camotito” y "Tita Dinamita" (tira que Campani dibujaba para la Argentina desde Italia, y era protagonizada por una erótica y avasallante chica que a veces aparecía censurada por los otros personajes).
En este año también llegaría "El Conejo Fosforito", en la revista "Peter Pan". También se publicaría "Robert Ax, médico del siglo XXX" historieta considerada, por muchos estudiosos, como "la primera historieta argentina de ciencia ficción".
• En 1955 en la revista "Rayo Rojo" aparecieron importantes series, como "El Indio Suárez" y "Mark Cabot", de Ongaro y Vogt, y la ya mencionada "Capicúa", que con el tiempo llegó a tener su propia revista.
Magolín
• En 1957 aparecería "Magolín".
En este año Héctor Oesterheld y su hermano Jorge fundan la editorial Frontera. Sustentadas por el éxito de sus predecesoras. A través de esa editorial aparecen las revistas "Hora Cero" y "Frontera", donde el propio Héctor Oesterheld sería el autor de la mayoría de los guiones, estando rodeado de los mejores dibujantes del momento: Hugo Pratt, Alberto Breccia, Francisco Solano López (con quien haría, entre otros, al personaje "Joe Zonda"), Arturo del Castillo, José Muñoz, Leo Durañona y Juan Giménez, nombres que harán que el comic no sea nunca más el de antes y que elevarán la historieta argentina al top que hoy ocupa a nivel mundial.
Ernie Pike
Y es el año 1957 el que dará a nuestra "literatura dibujada" el perfil que ha mantenido hasta la actualidad, puesto que se comienzan a hacer cosas nuevas, distintas de las que se hacen en el resto del mundo, con asuntos más complejos y más humanos, que se apartan del modelo norteamericano que se seguía hasta el momento. Fue así que, con los guiones de Oesterheld (en compañía de diversos dibujantes), la historieta de aventuras alcanzaría su grado de madurez más elevado. Un ejemplo fueron otras dos populares tiras de Oesterheld y Pratt, ambas de 1957: "Ernie Pike" , para "Hora Cero", inspirada en un verdadero corresponsal de la Segunda Guerra Mundial, que aquí cumplía el rol de narrador (en la guerra que se contaba desde Ernie Pike no había buenos ni malos, todos eran víctimas); y "Ticonderoga", para la revista "Frontera", ambientada en la guerra que mantuvieron franceses e ingleses durante la Independencia de los Estados Unidos.
El Eternauta
Y es en 1957 cuando debuta, en las páginas de "Hora Cero", en la aparecerá hasta 1959, una historieta de "ciencia ficción" destinada a convertirse en uno de los pilares del comic universal: "El Eternauta". Con los dibujos de Francisco Solano López, llega a su cumbre el estilo narrativo de Oesterheld, que deja de lado las clásicas divisiones que hacía la historieta entre "héroes" y "villanos", "pistoleros" e "indios", y comienza a incursionar en la creación de personajes no tan "puros", héroes que tienen miedo, villanos queribles, perdedores y marginados, hombres que luchan por encontrarse y, sobre todo, por "el cambio de domicilio" de la aventura, que ubica hechos, que hasta entonces habían sido privilegio de lugares lejanos y exóticos, en sitios cotidianos. Otro de los aportes incuestionables de Osterheld es el hecho de haber agregado a una historieta que desde sus comienzos (dibujos de Caras y Caretas o P.B.T.) fue testimonial, la característica de ser definitivamente comprometida con la realidad. No es extraño encontrar en los guiones (sean realistas, de aventuras o de ciencia ficción) alusiones y críticas constantes a la realidad política del país que se van haciendo cada vez más evidente con el correr de los años.
Además de las historietas ya mencionadas, Héctor Oesterheld realizaría las tiras "Rolo, el marciano adoptivo" , "Rul de la Luna" , "Amapola Negra" , "Cayena" ; "Nahuel Barros" (del género gauchesco), "Tipp Kenya" , "Randall", que era un melancólico western, "Patria Vieja", "Verdugo Ranch" , "Buster Pike", "Lucky Piedras" y varias tiras más.
Pedro Pereyra
• 1958 llegaría la revista "Hora Cero Extra", de Editorial Frontera. En ella aparecerían tiras como “Spitfire” , "Sherlock Time", una serie de ciencia ficción , "Pedro Pereyra, taxista" , "Dr. Morgue" , “El gaucho Fatiga” , etc. Además se publicarían varios de los éxitos originales aparecidos en las otras revistas de la editorial Frontera, como ser, por ejemplo, "Doc Carson"
También en esta década tan significativa, podemos mencionar que se comienzan a realizar los primeros intentos serios de "trasposición" en la historieta argentina, o sea intertar una proyección o interrelación entre la historieta y otros medios o lenguajes.
Ya desde fines de la década del ‘20, Raúl Roux había adaptado algunas obras literarias famosas al comic para "El Tony" ("Hansel y Gretel", el cuento de los hermanos Grimm, fue la primera, en 1928, seguida por "Robinson Crusoe", "La Isla del Tesoro", etc.), así como José Luis Salinas lo había hecho a lo largo de toda la década del ‘30 y del ‘40 (con "Miguel Strogoff", "La Costa de Marfil", "El último de los Mohicanos", etc.) a partir de sus publicaciones en las revistas "El Hogar" o "Salgari", ésta última siempre con adaptaciones de obras de un solo autor, Emilio Salgari, que le daba título a la publicación. Pero éstos fueron intentos muy "primitivos", antecedentes de los que mencionamos con la aparición de Intervalo y con el mismo estilo, que había impuesto por estos tiempos en Estados Unidos Harold Foster, con "Tarzán" y "Príncipe Valiente". Las "verdaderas adaptaciones", en cambio, son las que comienza a realizar para esta época Alberto Breccia para la revista "Aventuras" (y que marcan el estilo que se seguirá en adelante), auxiliadas por un aliado inesperado: el humor.

Con una temática completamente diferente, y volviendo otra vez al año 1957, se funda otra de las revistas que trazarán una senda a seguir: "Tía Vicenta", publicación humorística, dirigida por Landrú, con un dibujo y un estilo desenfadado, surrealista y transgresor, de comentarios de actualidad, sin tomar partido por nadie, a la manera de la ya famosa "La Codorniz", que venía apareciendo en España desde hacía algún tiempo. La revista "Tía Vicenta" fue una sorpresa cotidiana, cambiando secciones y estilos, y hasta cambiando la cubierta para parodiar a otras revistas de moda.
Entre los personajes de Landrú que aparecían en la revista "Tía Vicenta" estaban "Rogelio, el hombre que razonaba demasiado", "El señor Porcel" (izquierda), y, más adelante, "Babú el hámster". Hasta el año 1966 (cuando fue clausurada por Onganía) "Tía Vicenta" brindó desopilantes ocurrencias con un formato bastante revolucionario para su época: se usaron por primera vez los fotomontajes y echó mano del humor absurdo que tenía éxito en teatros de revistas para aplicarlo al tema de la política argentina.
Cuando "Tía Vicenta" rompe el fuego y hace tambalear el monopolio adulto que venía ostentando la historieta "seria" hasta ese momento, comienzan a surgir otras publicaciones, como por ejemplo "Dr. Merengue", en la que César Bruto (guionista) y el humorista cordobés Oscar Conti "Oski" (dibujante), encaran la adaptación de la literatura a partir de la risa, resumiendo en dos o tres páginas desopilantes los "intocables" modelos literarios: El Cid, Don Quijote, obras de Shakespeare, Dumas, Stevenson, e, incluso, las óperas de Verdi, etc.
En realidad, todo esto se origina porque la historieta, en su etapa de maduración, comienza a sentirse "culpable" de sus inicios marginales en lo cómico y lo infantil y apunta a los grandes modelos literarios como una forma de ganar prestigio y de presentarse como divulgadora y medio de acercamiento a la "literatura de verdad". Si bien no podemos negar que en muchos casos la versión en comic de una obra literaria tradicional fue una forma de acercamiento a los textos originales, esta función que la historieta se asigna con sentimiento de culpa, como "catarsis", no es, evidentemente, su verdadero fin, sino solamente una de sus posibles manifestaciones, y de ninguna manera una justificación de su existencia.
El Cabo Savino
Nacido a principios de la década del ‘50 en las tiras del diario La Razón, en 1957 recala en las ya tradicionales revistas de Columba "El Cabo Savino", primero en El Tony, después en D'Artagnan y finalmente en Fantasía. El Cabo Savino es el primer militar de la historieta argentina y su autor, Carlos Cassalla, recrea con el personaje el mundo desesperante y marginado del soldado del fortín en las campañas al desierto reflejando a la perfección la ambientación histórica, las armas, el paisaje, la ropa, etc. Uno de los grandes temas que cuestiona Cassalla con esta historieta es la legalidad sobre o de estas campañas al desierto. Con esta misma temática gauchesca, podemos mencionar a "Lindor Covas", de Walter Ciocca (publicada en el diario "La Razón" desde 1954), y a las dos tiras de Enrique Rapela que llegarían posteriormente: "El Huinca" (para la Editorial Dante Quinterno) y "Fabián Leyes", que apareció durante varios años en el diario La Prensa.
Mafalda
En materia de novedades, en 1956 Patoruzú (con Andanzas de Patoruzú) y en 1957 Patoruzito (Con Correrías de Patoruzito) se "independizan" de las publicaciones que llevan sus nombres y que comparten con otras historietas, para estrenar sus propias revistas, con aventuras exclusivamente de ellos. Por su parte, el dibujante "Divito" ya es famoso no sólo por el dibujo de las curvas de sus personajes femeninos, sino también por sus revistas "Rico Tipo" y "El Doctor Merengue", en las que propuso una renovación al humor y la historieta cómica argentina, retomando la picaresca que no se practicaba desde hacía varias décadas. Un capítulo aparte lo conforman las insuperables "Chicas" (imagen de la izquierda), que formaron parte del imaginario colectivo: objetos eróticos inalcanzables para los hombres e ideal de belleza femenino no exento de envidia para las mujeres. Y se da que, en este decisivo año 1957, comienza a colaborar, tanto en esas revistas como en la recién salida Tía Vicenta, un autor que también revolucionará el comic mundial, y lo cambiará para siempre: Joaquín Lavado (Quino), quien, algunos años después, dará a luz a "Mafalda".

Desde 1958 (y por 10 años) en la revista "Canal TV" se publicaría la historieta “Cholula, loca por los astros”. Era una tira creada por De la Torre, guionado por Sagrera y dibujada por Toño Gallo. En la misma, el personaje principal, "Cholula", se la pasaba persiguiendo a los famosos, para, por ejemplo, conseguir autógrafos, y era capaz de montar guardia veinticuatro horas, con tal de ver en persona a su ídolo favorito.
Cholula
Todo lo referido está relacionado con la parte "artística" propiamente dicha. En cuanto al mercado, es importante destacar que en el final de la década existían en Argentina alrededor de 60 revistas de historietas (sin contar las extranjeras). Las revistas Argentinas vendían aproximadamente 1.300.000 ejemplares. Basten ejemplos como Patoruzito, que llegó a una tirada de 300.000 ejemplares, y el hecho de que, de las 6 revistas más vendidas en Buenos Aires, 5 eran argentinas ("El Tony", "Intervalo", "D’Artagnan", "Patoruzito", "Patoruzú") y sólo una extranjera ("El Pato Donald"). Finalmente, cabe destacar que, el 1º de Junio de 1960 apareció, con una frecuencia mensual, la revista infantil "Pepín Cascarón", de la editorial Dante Quinterno.

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